A finales del 2002, le daban una puñalada mortal al Parque de la Muela, introduciendo por su interior unos colectores y unos aliviaderos de aguas pluviales. Solano se opuso con todas sus energías a este aberrante proyecto, porque acarrearía graves problemas como hoy se está comprobando (malos olores, roedores, destrozo de los caminos, etc...). He aquí el cartel de denuncia que editamos en su día.